Contra los periódicos (ya en vías de desaparición)

 



Periodistas: un hatajo de pobres diablos, con los codos raídos y los pantalones llenos de agujeros, que miran por la cerradura y que despiertan a la gente a medianoche para preguntarle qué opina de Fulanito o Menganita. Que roban a las madres fotos de sus hijas violadas en los parques. ¿Y para qué? Pues para hacer las delicias de un millón de dependientas y amas de casa. Y, al día siguiente, su reportaje sirve para envolver un periquito muerto.  (Billy Wilder: Primera plana)

 

Junto al verde que marca la elegancia

de mis cortinas y al amparo breve

de un biombo chino que, cual muro aleve,

separa las distancias de mi estancia,

 

está el lugar que es meta en mi jornada

y eje fiel de mi mundo tan metódico,

el lugar donde leo mi periódico:

la butaca de tela floreada.

 

En ella acomodado me dispongo

a aumentar gradualmente mi cultura

haciendo del diario fiel lectura

desde el primero al último diptongo.

 

Página tres: Tremendo paroxismo

de escritos de opinión y editoriales

que cotidianamente son iguales

y coincidentes en decir lo mismo.

 

Parte internacional: A palestinos

asesina Israel sin perder comba;

los otros van y mandan hombres-bomba

pues todos son igual de mangurrinos.

 

A un dictador, de modo paradójico,

se cargan de una vez como castigo

y otro muere rascándose el ombligo

(pero éste era amiguete, así que es lógico).

 

España: «Mata al suegro con un hacha

y se defiende a tiros del arresto

hasta que, al fin, es abatido.» Esto

hace la gente cuando se emborracha.

 

Economía: Suben los impuestos

y nos gobiernan quienes prometían

que los impuestos no nos subirían

en diversos falaces manifiestos.

 

Cartas al director: Un furibundo

se queja, como colmo de desmanes,

que haya en las calles cacas de los canes,

(mientras cien guerras hacen polvo al mundo).

 

Cultura: Esta sección está copada

por críticas de discos de rockeros

con camisetas llenas de agujeros.

Sólo es publicidad disimulada.

 

Ocio: En esta sección el ciudadano

de santa rabia y de furor se inflama,

porque es que el que elabora el crucigrama

es tonto y no domina el castellano.

 

Clasificados: «¿Necesita urgente

quinientos euros? Llame.» «Señoritas

rusas, cubanas, gordas, delgaditas...

Francés y sado. Permanentemente.»

 

Deportes: Entrevista a un futbolista:

«Ganaremos el próximo partido

a no ser que perdamos.» Precavido

señor, entre optimista y pesimista.

 

Gente: En esta sección, por lo que veo,

no se trata de gente trascendente:

es tan sólo otro nombre diferente

para dar corazón y chismorreo.

 

Televisión de hoy y de mañana:

¿Miro qué dan? Pues no vale la pena

porque, al cabo y el fin, cada cadena

emitirá lo que le dé la gana.

 

Todo esto es lo que leo. ¡Hay que ser bestia

para perder el tiempo con diarios

llenos de contenidos arbitrarios!

No volveré a tomarme la molestia.

3 comentarios:

Luis Bañeres dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Luis Bañeres dijo...

Estos diez minutos que me robas cada día
Valen la pena, pardiez.
Y eso que me prometía
acostarme a eso de las diez
...serán diez de la noche en Antioquia?

Enrique Gallud Jardiel dijo...

¿Qué son diez minutos en la eternidad? Todos aquellos que no leen están definiendo tácitamente la lectura como el arte de perder el tiempo.