Reseña de Verdugos de la media luna, de Daniel Cotta Lobato

 


Daniel Cotta Lobato: Verdugos de la media luna, Almuzara, Córdoba, 2018, 494 págs.

 

           Los autores de novela histórica tienen una especial responsabilidad a la hora de enfocar sus historias en una u otra dirección. Porque no importa que sus obras sean declaradamente ficción, que no pretendan más que contar una historia falsa en un trasfondo real: la mayoría de los lectores tiende instintivamente a creer lo que ha leído en una novela. Pocos consultan textos de historia y pocos cuestionan lo que el autor inventa. ¿Qué arma asociamos a los mosqueteros? La espada. Nadie imagina a d’Artagnan portando un mosquete y una larga horquilla para apoyarlo. Por eso se necesitan narradores que desfagan entuertos literarios y den la verdadera perspectiva al describirnos épocas y sucesos.

          La proverbial convivencia pacífica de las tres culturas necesitaba una revisión rigurosa en la narrativa, no meramente en la historiografía y esa es la tarea que Daniel Cotta emprende en su interesante obra. Porque hemos pasado de la visión franquista de una reconquista maniquea de buenos y malos a un relato idealista y bienintencionado pero erróneo de convivencia pacífica y fructífera para las tres culturas que convivieron en la península. La Edad Media fue una etapa cruel e injusta. La vida humana no tenía valor y podía tomarse casi impunemente.

          El autor nos presenta esta realidad y abunda en el fenómeno de los fanatismos religiosos y sus consecuencias, heroicas en ocasiones y según quien las juzgue. Esto es lo que se extrae de una historia elaborada, compleja en el mejor sentido, llena de peripecias argumentales, de sutilezas de pensamiento y de elegancias de diálogo, pues no en vano Cotta es un destacado poeta que conoce bien la lengua y sus cuasi infinitas posibilidades estéticas.

          No comentamos la trama, porque no es ese el objetivo de las recensiones. Sí insistimos en el acertado panorama que se nos ofrece de la cultura y mentalidad mozárabes, en lo preciso de la descripción del siglo IX, en la fuerza de los personajes y la maestría a la hora de construir la trama argumental. Un ritmo adecuado, un perfecto equilibrio entre la descripción y el diálogo, la calidad de página, todo ello convierte a Verdugos de la media luna en una obra destacada que gustará a todos aquellos lectores amantes de nuestra historia y de nuestras culturas.

No hay comentarios: