Soy trifílico


He de hablarles de mi condición de trifílico, que no es propiamente una enfermedad, sino gusto por los tríos, en el buen sentido, esta vez lingüístico. Lo explicaré.
          ¿Se han despertado alguna vez de madrugada pensando en el Benelux?
          Pues yo sí.
          Y he meditado profundamente sobre el intríngulis de la cuestión. La idea es buena, máxime aplicada a estos tiempos de idioma resumido para móviles, en que todos tenemos prisa por llegar a ningún sitio y nos urge abreviar nuestro discurso. Be (lgica), Ne (Netherlands) y Lux (Luxemburgo). ¡Sublime! (Yo es que soy forofo de las síntesis.)
          Luego, si la idea es buena, como hemos convenido (porque lo hemos convenido, ¿no es así?), y sirve para dos palabras, ¿por qué no emplearla para tres? ¿Y si sirve el Benelux, por qué no otros ámbitos geográficos? Por ejemplo:
          Portandes: Portugal, Andorra, España. O, en otra combinación distinta: Esportugorra (España + Portugal + Andorra)
          Mexescan: México, Estados Unidos, Canadá.
          Arguruchi: Argentina, Uruguay, Chile.
          Una vez metidos en el ajo, las posibilidades son poco menos que infinitas. Sólo es cuestión de tener tiempo de sobra para perderlo con la divertida y nunca bien ponderada arte de la combinatoria.
          Así, podemos aplicar nuestro sistema a la religión y preguntar: «¿Tú qué tal llevas lo de Esfecar?» (Esperanza, Fe y Caridad, esas tres virtudes estupendas.)
          O a la filosofía, ensalzando las enseñanzas conjuntas de Arisopla (no es exclamación, sino Aristóteles, crates y Platón, ese trío inmenso.)
          En la historia, también será muy útil este uso y podremos hablar del Cracepom (Craso, sar y Pompeyo, el famoso triunvirato al que le fue tan bien en la antigüedad) o recordar cuando los del Chustaroo (Churchill, Stalin y Roosvelt) le zurraron a Hihimus (Hitler, Hirohito y Mussolini).
          Nuestras frases adquirirán gran originalidad. He aquí algunos ejemplos que propongo:
          «Colón llegó a las Indias con la Sanpini» (no era una cupletista, sino la Santa María, la Pinta y la Niña.)
          «Fulanita, te amo porque eres más bella que Vejundia.» (Venus, Juno y Diana, las tres Gracias juntas.)
          «Después de esta vida iremos indefectiblemente de cabeza al Inpurcie.» (Al infierno, purgatorio o cielo, según nos hayamos portado.)
          «D’Artagnan iba con Portaratos a todas partes.» (Con Portos, Aramis y Atos, los tres mosqueteros.)
          «Le he pedido un tren eléctrico a Mebalgas, a ver si me lo trae.» (Melchor, Baltasar y Gaspar; el orden de los factores no altera el producto.)
          «Buñulorda hicieron cosas surrealistas.» (Buñuel, Lorca y Dalí. Y otras no tan surrealistas.)
          «Carlos V se cargó a Malpabra.» (Maldonado, Padilla y Bravo, los jefes comuneros.)
          «Soy de Alvigui y a mucha honra.» (Álava, Vizcaya y Guipuzcoa, las Provincias Vascongadas.)
          «Han dado esta noticia en el Munrapa.» (El Mundo, La Razón y El País. Aunque seguro que no parecía la misma.)
          «Hay que vencer al Camunde.» (La carne, el mundo y el demonio, fuente de tentaciones.)
          «Me río mucho con Jajoju.» (Jaimito, Jorgito y Juanito, los sobrinos del Pato Donald.)
          «Las obras del trío Tiloca (Tirso, Lope, Calderón) me gustan más que las del trío Moraco (Molière, Racine, Corneille).»
          Las posibilidades de estas tricidades son infinitas.

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