Gladiator (Ridley Scott, 2000)







Aunque parezca mentira
esta «peli» fue premiada
en el 2000 con un Oscar;
y como yo creo que es mala
usaré un verso de éstos
que me saco de la manga
para meterme con ella
y dejar las cosas claras.

Aunque debo decir que
la crítica americana
fue y la puso por las nubes:
«Very nice film!» «Spectacular
«Entertaining and compelling
(Eso dijo Peter Bradshaw,
el crítico del estreno,
que escribe allí, en The Guardian,
señor harto conocido
los domingos en su casa.
¿Y qué dijo el New York Times?
Pues algo así como «What a
beautiful picture Los yanquis
son de un primario que espanta.

Si he de decir la verdad,
señores, no entiendo nada:
que hace ya veintiocho siglos
que nos aburrió La Ilíada
y escribir ahora un guión
basado en una venganza
y nada más me resulta
una inmensa tacañada
intelectual. Parece
que no tenían muchas ganas
de pensar un argumento
escrito como Dios manda,
una historia original
como todavía hay tantas
que nadie se ha molestado
en llevar a la pantalla.

Gladiator es muy simplón.
Trata de un malo que mata
a la familia del bueno
quien, al cabo, se lo carga.
Éste es todo el contenido
que llena dos horas largas
de celuloide a cuadritos,
en technicolor y pana-
visión, que es el nombre técnico
de un formato de pantalla
como el de toda la vida,
pero algo más apaisada.

Y encima de ir y tomarnos
el pelo, tienen la cara
de decir que han renovado
esa forma denostada
de cine histórico con
una ambientación pagana,
conocida como peplum
(o «una de romanos», vaya).

Yo me quedo con Ben-Hur,
con La túnica sagrada,
con Quo vadis? o Espartaco,
con Maciste y otras varias.
Porque al menos, en aquéllas
se veían las batallas,
los movimientos de tropas,
la forma en que se atizaban.
Pero en Gladiator emplean
esa técnica tan mala
y que consiste en hacer
tomas que no duran nada;
tan cortas, que el ojo humano
casi no puede apreciarlas
y, en lugar de movimientos,
ves todo a saltos de mata.

Diógenes, con su linterna,
buscó a un hombre por Esparta
(o Atenas, no estoy seguro).
Lo que aquí nos haría falta
sería buscar guionistas,
que es especie amenazada
de extinción, lo que no es raro
por una razón muy básica:
y es que de todo el equipo
es a los que menos pagan.









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