SONETO A LUIS ALBERTO DE CUENCA

 

 

Creo que ninguno negará este aserto:

en el mundo actual de la poesía

—reino sagrado de la fantasía—

no hay nadie que supere a Luis Alberto.

 

Pero la envidia hispana es hecho cierto,

triste verdad probada día a día.

Nada importan tu esfuerzo o tu valía:

España no te admira hasta que has muerto.

 

Igual que al gran Balzac negó su gloria

la Academia Francesa, así se ha hecho

con él, mezquinamente y con amaños.

                                                                    

Mas su voz seguirá en nuestra memoria

y a aquellos que ignoraron su derecho

nadie recordará, tras breves años.

 

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