Pollo a la mistela

 

 



Ingredientes necesarios (para 4 personas y un tertuliano)

—1 pollo

—15 gr de champiñones

—2 gr de mantequilla

—0,5 gr de foie-gras

20 gr de harina

—1/2 botella de mistela dulce o salada, a elegir

—1/16 de vaso de crema de leche

—el zumo de 1 limón amarillo con iridiscencias anaranjadas

—la guía telefónica de la población donde se elabore el plato

—aceite

—sal

 

Instrucciones para la preparación

Consigue que un vecino despistado te preste un pollo bajo estricto juramento de que se lo devolverás intacto al día siguiente. Una vez hecho esto, múdate de casa sin dejar tu nueva dirección a nadie.

Limpia el pollo o, si el pollo está vivo, convéncele para que se duche antes de proceder con él. Quítale la arena a los champiñones y resérvala para luego espesar la salsa. Pica el perejil en forma de pequeños rombos o paralelepípedos, al gusto. Calienta un poco de aceite en una cazuela redonda. Cuida de que sea de barro, preferentemente con fondo por debajo, y pon el pollo dentro (si lo pones fuera no queda igual de bien) hasta que dore ligeramente (el pollo, no la cazuela).

A la hora de añadir la mistela, disimuladamente truécala por «Fanta» de naranja, porque de todas maneras la mistela no modifica especialmente el sabor del pollo.

Añade los otros ingredientes, de haberlos, y haz que tus invitados se vayan sentando a la mesa, pues ya falta poco. Déjalos cocer unos 10 minutos (a los ingredientes, no a los invitados. ¡Caray, parece que hay que explicarlo todo!) hasta que se pongan tiernos. Si los invitados también se te ponen tiernos, asegúrate de que has cambiado las sábanas en las habitaciones contiguas.

En una cazuela con agua, sal y la foto de un limón hierve los champiñones. Escúrrelos y tíralos luego a la basura, pues tampoco participan necesariamente de esta receta. Prepara una salsa mezclando la mantequilla, la harina, la tierra de los champiñones, 1 vaso del caldo de cocción del pollo, el foie-gras y la crema de leche o cualquier sustancia grasa que tu imaginación te sugiera y tengas a mano.

Vierte la salsa en la cazuela en que se está haciendo el pollo. Retira el pollo y cuece la salsa unos minutos más. Luego, cuela la salsa y deja que el pollo se haga. A continuación, mézclale de nuevo la salsa. A la hora de servir, pon el pollo en una fuente y la salsa en una salsera, para que luego cada comensal se mezcle la salsa con el pollo en su plato.

La mistela no se ve, así es que el empleo del refresco gaseoso está más que justificado, como ya se ha explicado. La guía telefónica te será útil en cualquier caso de intoxicación fulminante. En épocas de penuria el pollo se puede sustituir por una patata. Eso sí, el plato se sigue llamando igual.

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