El elixir de amor (L’elisir d’amore, 1832). Gaetano Donizetti

 



A esta obra se la ha definido como un melodramma giocoso, lo cual nos predispone a su favor, pues es bien sabido que nosotros somos muy amigos de las risas y las juergas.

Felice Romani escribió el libreto, adaptando el tema de Eugène Scribe, que lo había tomado de Stendhal, que a su vez se lo había cogido de Silvio Malaperta, que ¡a saber de dónde lo habría copiado! Donizetti escribió la música en dos semanas, porque, si no, no cobraba (había empresarios muy exigentes).

Un campesino vasco y bruto (no hemos querido hacer un pleonasmo: ha salido solo) se enamora de la terratenienta y le compra a un buhonero un filtro de amor para conseguir casarse con ella al día siguiente. En realidad, solo ha bebido tintorro. Ella se va a casar con otro, por lo que el patán quiere comprar más filtro, se alista en el ejército a cambio de unas monedas y arruina su vida por estúpido. Afortunadamente, muere un tío del destripaterrones y le deja una herencia, porque de otra manera el asunto no se habría resuelto. La chica rica accede a casarse con él, porque ahora es más rico que ella, y la obra acaba felizmente.

El aria «Una furtiva lacrima» indica que en aquella época la gente lloraba muy poco por amor, pero que muy poquito: lo mínimo.

No hay comentarios: