(Cuento parabólico. La parábola es un subgénero retórico consistente que dotar a una historia de un trasfondo simbólico, para que, si antes no se entendía, luego se entienda todavía mucho menos.
La han usado los maestros religiosos de todas las fes, para hablar con tal ambigüedad que nunca les pudieran pillar en un renuncio.
Gozan de muy buena reputación y hasta ahora nadie se ha atrevido a decir nunca que ninguna parábola de las conocidas sea una perfecta majadería.
Los hermeneutas llevan muchos siglos intentando diferenciar a la parábola de la alegoría y corre el rumor que dentro de poco igual lo consiguen.
Y aunque a las parábolas de la Biblia no hay por donde cogerlas, las del budismo zen las superan con mucho. Este es un caso ilustrativo.)
«En el confín del bosque me encontré
ante dos grandes senderos.
No tomé ninguno de los dos.
Me senté allí, a la sombra de un baniano,
y me dieron las tantas.» (Lao Tse)
El maestro dormitaba al borde del camino, recostado sobre una piedra. Tenía ambas piernas extendidas, obstaculizando el sendero.
El discípulo trasladaba ladrillos en una carretilla. Intentó pasar por el camino, pero no podía hacerlo.
—Venerable Maestro —dijo, despertándole—: ten la bondad de encoger las piernas para que yo pueda pasar.
El Maestro abrió un ojo y respondió sentencioso:
—Aquello que se ha extendido no se puede recoger.
El discípulo dijo:
—He aprendido tu enseñanza, amado Maestro. De igual modo que lo que se ha extendido no se puede recoger, aquello que se ha puesto en movimiento no se puede detener.
Y pasó con la carretilla de los ladrillos por encima de las dos piernas del Maestro, haciéndoselas fosfatina.
Entonces el Maestro, en lugar de darle al discípulo un sobresaliente, palmaditas en la espalda y hasta un sonoro beso en la coronilla, por haber aprendido tan pronto la lección, agarró un cabreo de los de no te menees y se lanzó sobre su alumno, diciéndole insultos zen (que son los más gordos) y propinándole cuantas bofetadas pudo.
(Nota del autor: ¿Han visto lo que les decía? ¿Le encuentran ustedes sentido a la cosa? ¡Pues eso!)
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