El parte de combate (Microrrelato)

 


 (El microrrelato es una construcción literaria narrativa que se distingue de las otras en que la escribe un perezoso y que va dirigida a un lector no menos vago. Esta vagancia se considera una virtud y, cuando más breve es el cuento, más mérito se le adjudica.

La duración máxima de un microrrelato no está muy bien definida, pero si no puede leerse en el metro, durante el trayecto de una estación a otra, entonces es que es demasiado largo.

Su nomenclatura es harto curiosa y los especialistas no se ponen de acuerdo y muchos de ellos han llegado a tirarse de las barbas. Para describir el género emplean términos como microficción, nanoficción, minicuento, relato hiperbreve y textículo, sin descartar tampoco palabras menos pretenciosas como cuentín.

Esta variedad literaria se inventa durante las vanguardias, pero no hace verdadero furor hasta los setenta, un poco antes de la aparición de los pantalones acampanados. Se la considera el género del siglo XXI, por la sencilla razón de que hoy en día ya nadie quiere trabajar como es debido. Tiene relación con el aforismo de toda la vida, el weixing chino, el haiku japonés, el epigrama latino, el microrécit francés, el Kürzestgeschichten alemán y el caldo en cubitos de «Gallina Blanca».

Se dice que el microrrelato es, por su propia naturaleza intrínseca de sí mismo, un género difícil. Esto es una mentira del tamaño de la catedral de Colonia y edificios adyacentes. Precisamente, para este género no hace falta saber escribir: no es necesario ser capaz de describir lugares, personas, pensamientos o estados de ánimo, porque no caben; no se ha de conocer el arte de escribir diálogos, porque no suele haberlos; no se precisa saber casi nada sobre estructura narrativa, sobre el clímax o los puntos de giro, puesto que las historias no dan para tanto; no se necesita tampoco dominio de la lengua, amplitud de vocabulario ni conocimiento de las figuras retóricas, pues todo eso no se usa.

Muchos autores han cultivado el microrrelato. No es cierto, como se ha dicho, que los que escriben los autores bajitos sean mejores que los otros.

Es moda que los microrrelatos coqueteen con la intertextualidad, lo que viene a significar que, aparte de escribir poco, el autor inserta en su cuento frases de acá y acullá para trabajar aún menos.

En definitiva: el microrrelato nos da la verdadera medida de la capacidad de atención y apreciación artística del hombre moderno.)

*

Allí estaba el enemigo. Creía que su color verde le iba a camuflar, pero se equivocaba.

Los efectivos enemigos se hallaban uno junto al otro. Los atacamos con fuego. Sin posibilidad de huida, ardieron en silencio.

¡Habíamos acabado con los cubos de la basura!

Acababa de jugar el Real Madrid.

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