Listado de inventos maños para beneficio de todos
Hoy daremos un listado
exhaustivo (que ya toca)
que mencione detalladas
las invenciones más gordas,
aportación de Aragón
a la cultura de Europa.
He aquí una lista cabal
de enumeración de glorias:
inventos aragoneses
de una importancia hiperbólica:
La jeringa desechable,
inventada en Zaragoza,
que, en vez de desinfectarse
y usarse una vez tras otra
—lo que es una cochinada
altamente peligrosa—,
tras de emplearse, se tira,
lo que evita contagiosas
enfermedades que pueden
dejar a la gente pocha.
*
El cachirulo: un pañuelo
que usas, a falta de gorra,
atándotelo a la frente
con un nudo, cuando sopla
allí en Zaragoza el viento
de manera que te corta
la respiración de un golpe,
es decir: a todas horas.
*
Ese palo con bayeta
conocido por fregona,
que sirve para limpiar
sin tener la espalda incómoda
y sin tener que agacharse,
y que se ha hecho muy famosa
bajo los nombres de ‘mocho’,
‘trapeador’, ‘lampazo’ y ‘mopa’.
*
La anestesia epidural,
que las caderas te dobla,
permitiendo que te operen
de modo que ni lo notas,
lo cual es una ventaja
cuya importancia no es poca,
pues si tienen que operarte
(por ejemplo, de la próstata)
y te lo hacen en directo
sin anestesia, no es cosa
placentera en absoluto,
sino un tanto fastidiosa.
*
El lenguaje de los signos,
para que las gentes sordas
puedan también dar discursos,
charlar con otras personas,
cotillear, maldecir,
jurar y hacer muchas otras
actividades del habla,
salvo, quizá, cantar ópera.
*
Otro artilugio genial
e imprescindible: la olla
exprés, summum del progreso
y que no es cosa de poca
monta sino importantísima
aportación gastronómica
para cocinar judías
o garbanzos o lentojas
(queremos decir «lentejas»,
pero la rima forzosa
nos ha obligado a cambiar
una palabra por otra).
*
Y, para finalizar
esta relación, la jota:
ese baile popular
con más fuerza que la pólvora,
cantado a grito pelado,
en el que la gente bota
en medio de un gran jolgorio
como si estuviera loca,
padeciera de San Vito
o sufriera de hidrofobia,
pero que divierte mucho
y es, en fin, la repanocha.
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