Este ensayo músico-didáctico tiene por objetivo revisar la
temática de esas obras de nuestro género lírico que tanto gustan en Polonia.
La
revoltosa
Hay una mujer bella que tiene revuelta a toda la vecindad:
es la comidilla continua de las mujeres y el tormento de dos o tres docenas de
hombres. Aprendemos que la mayoría de las mujeres del mundo son feas, porque si
hubiera más mujeres bellas, no sorprenderían tanto.
La
calesera
Una humilde calesera dieciochesca y
una empingorotada aristócrata se pelean por el amor de un joven revolucionario.
Al final, él se queda con la que más dinero tiene.
La
verbena de la Paloma
Un anciano boticario mantiene a una
morena y a una rubia hasta que el frustrado novio de una de ellas le abofetea,
lo que al público le parece estupendo. La proeza de pegarle a un viejo es una
muestra de la hombría de los chulapos castizos de Madrid. Ella, encantada de
tener un novio que zurre, vuelve con el joven.
El
huésped del sevillano
Un noble caballero español del siglo xvi corre un montón de riesgos para
casarse con una judía, porque las damas cristianas de su momento eran muy
beatas y totalmente inaguantables.
La rosa
del azafrán
La dueña de una finca rústica quiere
casarse con el capataz, pero no se atreve, por el qué dirán. Duda y no consigue
decidirse. Al final el espectador se aburre, desconecta y se queda sin saber si
se casa por fin o no se casa.
Los
gavilanes
Un indiano que se ha forrado vuelve a
su pueblo natal y todos quieren sacarle los cuartos. Él, por su parte, quiere
beneficiarse a las chicas jóvenes del lugar. El hombre y sus paisanos son tal
para cual: gentuza. El tenor acaba venciendo al barítono, como es tradición
obligada en el mundo de la zarzuela.
Katiuska
Una princesa rusa que desconoce su
origen y trabaja de cantinera se enamora de un comisario comunista y le
destroza la vida, porque el hombre acaba en Siberia por su culpa. Hay una
versión light en la que ambos se escapan y una versión franquista en la
que ella se enamora de un príncipe zarista.
La del
manojo de rosas
En esta zarzuela el argumento es tan
cambiante que no nos enteramos muy bien de qué va.
La Gran
Vía
Diversos personajes simbólicos de las
calles de Madrid cantan números musicales que nada tienen que ver unos con
otros. El éxito de la pieza demuestra que el público no piensa y que no hace
falta para nada un argumento para elaborar una pieza teatral que dé dinero.
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