Roger Federer

 

 

Este tenista es una de las cinco principales aportaciones que Suiza ha dado al mundo, junto con el reloj de cuco, el chocolate con leche en tabletas, la historia de Guillermo Tell y el secreto bancario.

Habría sido el número uno en lo suyo si no fuera por la inoportuna inexistencia de un tal Novak Djokovic, que se emperró en arrebatarle la mayor parte de las glorias.

Roger Federer ha ganado muchos torneos abiertos e infinidad de entornados. Ha conseguido un total de 369 victorias, lo que implica trasegar bastantes litros de champán, bien que no todos a la vez. Ha participado en cuatro Juegos Olímpicos, en dos de los cuales no ganó nada, por lo que su gobierno le obligó a devolver el dinero de las dietas y también el albornoz de baño que se había llevado del hotel.

Es un jugador versátil, que lo mismo tenisea en una pista de hierba, que en una de tierra batida, que en una de losetas de gres. Se caracteriza por su elegancia, aunque la vez que intentó jugar una final con corbata el comité responsable se lo impidió.

Se ha hablado mucho de su plasticidad técnica, sea eso lo que fuere, y de su amabilidad en general, que le llevaba a estar dándoles las gracias continuamente a los recogepelotas por sus imprescindibles servicios.

Federer tiene una hermana mayor llamada Diana[1] y se libró del servicio militar obligatorio suizo alegando que le dolía la espalda, lo que a las autoridades militares helvéticas les pareció razón suficiente.

El hombre es un atleta de élite conocido por su velocidad de saque y de consumo de tiramisú. Se especializa en los golpes raros, como la dejada, el remate, la media volea, la rebanada de revés, el salto remate, el slice, el twinner, el dropshot, el topspin y otras formas de pelotear que los amantes del tenis apreciarán, porque nosotros no. El tenista hace con facilidad todo eso. Pero ¿qué es todo eso? Dicen que tiene, además, un excelente juego de piernas, que se depila para moverlas más rápido, como hacen los ciclistas y los metrosexuales.

Es el tenista que más dinero ha ganado hasta la fecha —cien millones de dólares en 2022, con lo que te puedes comprar muchos paquetes de pipas de girasol—, principalmente por patrocinar las zapatillas Nike y las cuerdas Wilson Champions League 16 String para su raqueta. Pero no se ha gastado alegremente todo su dinero, no; ha sido solidario y creado la Fundación Roger Federer, que ayuda a los niños necesitados, siempre que estos cumplan la condición de ser del sur de África (los niños pobres de otros lugares del planeta se las tienen que apañar como pueden). También patrocina una serie de partidos anuales y benéficos de exhibición conocidos por el nombre genérico de «Match for Africa», que algún periodista vago tradujo (con ayuda del traductor de Google) como «Una cerilla para África».

En otro ejemplo de desinterés humanitario y filantrópico, Federer, cuando aquello del huracán Katrina, subastó, para beneficio de los damnificados, su raqueta preferida, un par de calcetines de competición y una camiseta que ya no se ponía porque le raspaba.


 



[1] Este es un dato especialmente tonto, que no hacía ninguna falta mencionar.

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