Mis frases para la posteridad
Los inútiles que no pueden presumir de haber hecho nada de provecho en este mundo, presumen de haber nacido en tal o cual lugar: eso es el nacionalismo.
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La desmitificación y la parodia de los grandes hombres y los grandes hechos son siempre necesarias, porque por muy buena que sea la ropa, de vez en cuando hay que meterla en la lavadora.
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El teatro es un regalo que los dioses —quizá en un momento de embriaguez— nos hicieron a los humanos.
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Siempre que me preguntan qué libro de Ruiz Zafón prefiero, yo contesto: «El que tenga menos páginas».
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No desaproveches ninguna ocasión de decirle a una mujer que es muy bella. Pero procura que ninguna otra te oiga decirlo.
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Creo que mis libros son tan buenos que si no los hubiera escrito yo, me hubiera gustado haberlos escrito yo.
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Lee, que no duele.
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Filosofar es el golf de los pobres.
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La sociedad se creó para posibilitar el cotilleo.
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Ya que las cárceles están construidas, habrá que meter a alguien dentro.
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El deber es algo que está muy bien para que lo cumplan los demás.
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El asesino de un solo crimen vive muy frustrado.
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Los malos hábitos son muy difíciles de enmendar, así es que ni te lo plantees. Sé tú mismo, como suele decirse, y quédate como estás.
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Las palabras elegantes no son sinceras, pero resultan más agradables de escuchar que la otras.
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No hagas más que una sola cosa a la vez y, aun así, es muy probable que te salga mal.
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El que tiene un amigo, tiene un tesoro y le puede pedir dinero prestado y no devolvérselo jamás.
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Si alguien te hace un favor, pregúntate qué ha salido él ganando.
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El mal es fácil, pero el bien exige mucho más esfuerzo. Por ende, haz el mal y evita cansarte.
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Ser tonto consiste en estimar a los demás más de lo que se merecen.
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Los criminales tontos están en la cárcel; los listos, libres por las calles. Así es que antes de delinquir por primera vez, hazte un test de inteligencia.
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Nunca te abochornes de nada de lo que hagas, pues por muy sinvergüenza que seas, siempre habrá otro más sinvergüenza que tú.
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Desconfía de aquellos que dicen amarte mucho y también de los que te demuestran no amarte nada. Vamos: desconfía de todos y no te llevarás disgustos.
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Los desgraciados se consuelan mirando otros más desgraciados que ellos, lo que les resulta muy divertido.
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Lo principal no es merecer ser feliz, sino conseguir serlo.
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El cadáver de un enemigo, por muy podrido que esté, siempre resulta una visión agradable.
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Los tontos vienen al mundo para que los listos tengamos ocasión de reírnos.
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Conocerse uno mismo es bueno, pero conocer a gente influyente en el gobierno es mucho mejor.
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De todos los hombres a los que admiro yo soy el primero y hasta me atrevería a decir que también el último.
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Si eres virtuoso, las gentes te elogiarán durante cinco minutos y se burlarán de ti el resto de tu vida.
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No digas nunca la verdad: te meterías en líos y, además, casi nunca te creerían.
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Si quieres ser popular y que las gentes te quieran, cuéntales todos los secretos que sepas de las otras gentes.
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La sabiduría consiste simplemente en hacer lo contrario de lo que hacen todos, que no dejan de ser unos cretinos.
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Es mejor ser un nuevo rico que un pobre con pedigrí de pobre.
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El rico nunca sabe quiénes son sus amigos, pero eso no le importa porque todos le tratan muy bien.
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De lo sublime a lo ridículo no hay más que un paso y todo el mundo parece haberlo dado hace tiempo.
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El que piensa en demasiadas cosas no realiza ninguna y así trabaja menos y no se cansa.
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Un 20% de la humanidad piensa tonterías y el resto, ni eso.
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Aunque hayas cometido muchos errores, siempre tienes la posibilidad de mentir sobre ellos.
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La maestría no existe. Está científicamente demostrado que cuanto más trabajas en algo, peor lo haces.
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