Remedios para acatarrados



El Hombre (así, con mayúscula) ha arrebatado muchos de sus secretos al Universo, ha aprendido a manipular la vida y ha conseguido resolver ecuaciones de segundo grado sin acabar de saber exactamente para qué sirven. Todo eso ha hecho, reconozcámoslo. Pero ha fracasado estrepitosamente a la hora de curar el resfriado común, demostrando así que somos una especie sin futuro.
Ante tamaña amenaza, de la que nadie escapa, el hombre (esta vez con minúscula) no puede ofrecer remedios, sino sólo parches, miserables paliativos y consejos de resignación. Listádolos he:

          1.- Considérese, ante todo, que el catarro y el resfriado no son en absoluto lo mismo. En uno te acatarras y en el otro te resfrías, como la misma palabra indica.
          2.- No hay que confundir tampoco el catarro con la gripe ni mucho menos con la apendicitis, porque, si lo haces, te colocas en inminente riesgo de que te operen.
          3.- Esta enfermedad ataca a los seres vivos de todas las edades. Así es que si tú eres, por ejemplo, una silla de enea o un radiador no tienes nada que temer.
          4.- El virus se transmite con inusitada facilidad. Tosemos y nos tapamos la boca con las manos, lo cual es un error, puesto que se nos ensucian. El remedio consiste en tener las manos permanentemente metidas en un cubo de lejía. Así se previene el contagio. La profilaxis aconseja no chupar en demasía los pomos de las puertas.
          5.- No hay que tomar antibióticos, a no ser que te guste mucho el sabor de los mismos y te quieras dar un capricho.
          6.- Pese a lo que te diga tu abuela —y no es por hacer de menos a la buena señora—, acostarte con dos o tres mantas y sudar no te hará sentirte mejor. Es preferible que te acuestes con dos o tres amigos o amigas y hagas otras cosas distintas, aunque también sudes.
          7.- No te gastes dinero en el médico: ninguno sabe nada de resfriados. (Este consejo resulta superfluo. Seguro que ya lo sabías.)
          8.- Conviene que no se te sequen las mucosas, así es que hay que estar mojándolas continuamente. Cómo secar tus mucosas es algo muy íntimo que queda a la iniciativa individual.
          9.- La leche con coñac no ayuda nada, pero la leche con sidol es peor todavía, por lo que puedes beber lo que más te apetezca en ese momento.
          10.- El único procedimiento curativo lo han diseñado esos políticos que no hacen nada y esperan que las cosas se arreglen solas. Análogamente, debes esperar a que los virus se aburran y se vayan a otro huésped más interesante que tú.
          11.- Pese a lo que frecuentemente se dice, conviene bañarse mucho cuando se está acatarrado; sólo que es preferible hacerlo con agua seca.
          12.- El Vicks Vaporub no se debe ingerir por vía oral, al menos en grandes cantidades. Pero frotado en partes inusitadas del cuerpo puede producir sensaciones inolvidables e incluso adictivas, algo que avala mi propia experiencia.
          13.- Recuerda que estornudar un número par de veces es de mala educación. Hazlo una vez, tres o cinco. El porqué de esta norma protocolaria se pierde en la noche de los tiempos, pero tenemos que preservar nuestras tradiciones, ¿no te parece?
          14.- Usa siempre pañuelos de papel, pues meterse los mocos en el bolsillo cuidadosamente adheridos a un pañuelo de tela no es de buen gusto ni higiénico, sobre todo si eres de esos que guardan gominolas sueltas en los bolsillos y se las van comiendo a lo largo del día.
          15.- Para los síntomas los analgésicos ayudan, pero sólo si te los tragas. La ciencia ha demostrado por encima de toda duda que las cataplasmas hechas con aspirinas y colocadas sobre la frente tienen unos efectos mínimos.
          16.- El paracetamol se comercializa en pastillas y supositorios y no conviene confundirlos a la hora de usarlos. Si te sucede —cosa, por otra parte, no demasiado infrecuente—, no olvides cepillarte luego bien los dientes.

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