Receta
culinaria
Si los escritores fuéramos tan famosos como los grandes
cocineros lo son hoy en día, otro gallo nos cantara. Pero,
adaptándonos a lo que hay y a las tiranías de la moda, ofrecemos una receta de
cocina, suculento género literario donde los haya, consistente en desvelar los
secretos de nuestras madres y abuelas a la hora de calentar cosas para
ablandarlas (que en eso y no en otra cosa consiste la gastronomía. Tomamos esta
receta del famoso Henri Gallard Jardel, chef traducido.
El
susodicho bacalao es un magnífico plato casero, de los de hacer en casa, que se
puede elaborar en el hogar sin moverse para nada del propio domicilio.
Dificultad
La dificultad de este
plato puede ser baja, media o alta; todo depende de lo torpe que sea el que
cocine.
Ingredientes necesarios
para cuatro personas y un analista de sistemas
(Pueden comer más
personas; sólo hay que hacer las raciones más pequeñas.)
— 4 buenos lomos de
bacalao que sean bien grandes y hermosos; no hay que racanear (o mejor: que en
vez de cuatro sean ocho o doce. Sobre todo que no falte)
— 2 cebollas,
preferiblemente esféricas
— 2 dientes de ajo
— el suplemento cultural
del ABC
— tomates en número impar (esto es muy importante)
— 3 patatas
— 2 piñones de
cucharadas tostadas
— 3 cucarachas de harina
o pan rallado, lo que al cocinero le dé más rabia
— 1 ó 2 litros de aceite
de oliva
— 2 pimientos rojos y
verdes (o uno de cada color, que serán más fáciles de encontrar)
— una loncha de jamón
serrano
— otra loncha de jamón
serrano
— otra loncha de jamón
serrano (eso hacen tres lonchas)
Si no se tienen estos
ingredientes, se pueden sustituir por otros cualesquiera. Hay que ser
creativos.
Modo de
perpetración
Para la elaboración de
esta receta es conveniente que el bacalao esté muerto antes de empezar a
manipularlo, con el fin de evitar complicaciones molestas.
Desala
el bacalao en agua durante 48 horas, cambiando el agua seis veces cada hora. En
vez de agua puede emplearse también leche de almendras, pero entonces el plato
sale más caro.
Reboza
los lomos de bacalao con pan rallado o serrín, porque al final el sabor es el
mismo. Ponlos en una sartén (dentro, preferiblemente) a fuego medio y mantenlos
allí unos cinco minutos por cada lado y dos minutos por los cantos. Reserva.
Convence
a los tomates de que se den un baño. Ellos, al principio, no querrán, pero tú deberás
obligarles, alabándoles las ventajas de la higiene. Luego ablándalos,
diciéndoles cosas agradables, y pélalos en cuanto se descuiden. Quítales las
pepitas y véndelas en el mercadillo de los jueves. Trocéalos a trozos o bien en
pedazos, a tu gusto. Una vez hecho esto, ya puedes tirarlos a la basura y
limpiar el cuchillo.
Procura
que los dientes de ajo y las cebollas hagan amistad. Cuando los veas juntos,
atácalos por la espalda y apodérate de ellos. Pela y pica las cebollas. Hazlo
en ese orden, porque si las picas primero y pretendes pelarlas después, te juro
que es un engorro.
Verás
que te han sobrado dos dientes de ajo, que puedes guardar para hacer otro guiso
otro día.
Con
unas tijeras para las uñas, haz trocitos el suplemento cultural del ABC y, cuando esté acabado, ponlos
aparte y olvídate de ellos.
En
una sartén pocha... (No, la sartén no tiene que estar pocha: es que falta una
coma en la frase.) En una sartén, pocha la cebolla en los dos litros de aceite.
Añade el pimiento y el jamón cortado en tiras de 5 x 2 cms. y remuévelo todo
con una cuchara de madera, procurando que no caigan astillas.
Enharina
los trozos de bacalao y déjalos caer en el recipiente. Cocina durante unos
cuantos minutos, al gusto.
En
un recipiente con fondo pon las patatas y coloca encima lo que haya salido.
Cuando
el plato esté listo, ya puedes telefonear a los invitados para que vayan
viniendo. A medida que tus comensales entren por tu puerta para degustar el
bacalao «a la murciana», arrójales los piñones tostados como si fuese el arroz
de una boda. Esto generalmente ayuda a que se pongan de buen humor y a dar a tu
banquete un tono desenfadado y original.
Este
plato debe servirse en un plato. En bocadillo no resulta igual.
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