LAS INMARCESIBLES GLORIAS DE ESPAÑA



APRENDAMOS A REÍRNOS DE NOSOTROS MISMOS CON EL POEMA
«LAS INMARCESIBLES GLORIAS DE ESPAÑA»

Como el gobierno me ha dado
la suculenta contrata
de hacer versos encomiásticos
para gloria de la patria,
haré un poema en elogio
de la gran nación hispana,
llena siempre de heroísmo,
virtudes y butifarras.
Porque aunque nos tengan tirria
otras naciones, España
es unidad de destino
en lo universal. (¡Caramba!
¡Qué bien me ha quedado aquí
esta frase patentada!)
Creo recordar que Miguel
Hernández tiene una larga
composición donde el vate
origüelino nos habla
de «extremeños de franqueza,
vascos de piedra blindada,
valencianos de alegría
y castellanos de alma».
Eso es el tópico fácil
de cualquier «Oda a la patria».
Yo lo haré mejor y espero
que no se me olvide nada.
¿Qué tiene esa gran península
que está puesta al sur de Francia,
que ha destacado en la historia
moderna y contemporánea?
¿Por qué tantos alemanes
compran chalets en sus playas,
se ceban con sus paellas
y emborrachan con sus cañas?
Porque España es lo mejor:
es diferente y extraña,
es típica, tiene sol,
tiene mujeres (¡pues, anda,
que si no tuviera algunas
habría crisis demográfica!).
Bilbao tiene el Guggenheim,
en Valencia tienen fallas,
feria de abril, en Sevilla,
y en Mallorca, sobrasada,
el castillo de Bellver
y variedad de ensaimadas.
En la ciudad de Almería
hay una hermosa alcazaba
que te subes y te fríes,
porque el calor no se aguanta.
Si te bajas más al sur,
acabas llegando a Málaga,
una hermosa costa que es
paraíso de las mafias.
¿Y más abajo? Pues Cádiz,
Gádex, «Tacita de plata»,
famosa en los carnavales
por sus letras mal rimadas.
Siguiendo nuestro periplo
tenemos Lepe y Doñana:
dos reservas de animales
que preservan nuestra fauna.
En Sevilla se fabrica
ese producto: «lagrasia»,
que gusta tanto a las gentes
de Inglaterra y de Alemania.
Luego viene Extremadura,
tan inhóspita y huraña
que muchos conquistadores
se fueron, por no aguantarla.
También destaca la uni-
versidad de Salamanca.
¿Que por qué destaca? Pues
por una curiosa rana
que se halla insertada en
su plateresca fachada.
¿Qué ha dado esa zona al mundo
para tener tanta fama?
Pues que muchos españoles
tienen las curiosas ansias
de disfrazarse con un
traje de lagarterana.
Luego están Zamora y Toro
(donde lo de Doña Urraca,
creo, aunque no estoy seguro.
¿Ven qué mala es la ignorancia?)
Galicia es tierra de meigas,
traficantes y rías bajas,
de lluvias y de lloviznas
de chubascos y borrascas,
de sirimiris y orballos,
aguaceros y paraguas.
Entre sus gentes famosas
están Cela, Franco y Fraga.
¿Qué más se puede pedir?
A su lado está Cantabria
o Asturias, no estoy seguro.
(Esperen. Voy por un mapa.)
Es Asturias: Don Pelayo,
«La Regenta» y muchas vacas,
a las que les llaman «vaques»
(medida desesperada
de poseer lengua propia
y si no la hay, de inventarla.)
Santander es muy famosa...
(no puedo recordar nada
famoso de esta ciudad,
aparte de que es muy cara).
Me la salto y tengo al lado
las Provincias Vascongadas
o Vasconia, si prefieren
(porque no me da la gana
llamarlas de otra manera).
¿Qué hay allí? Bueno: en la playa
de la Concha hay mucha arena,
toda el agua está mojada
y tienen hasta catorce
mareas a la semana.
De allí vamos a Bilbao
—o, si prefieren, a Álava—
para ver encapuchados
(no los de Semana Santa,
que eso es en Valladolid):
los de aquí son de la Ertzaintza.
Luego está esa gran región
a la que ya muchos llaman
a veces Estatutecia
y otras veces Puigdemondlandia.
Y si en Galicia hay sardinas
aquí no hay más que sardanas.
En ella está Tarragona,
donde está el Arco de Bara
o Bará o como se diga.
Por Castellón de la Plana
pasa el meridiano Greenwich.
En Valencia tienen fallas
(esto ya lo he dicho antes:
me he repetido; eso es falta
grave según la estilística:
batología se llama.)
Si nos vamos para el centro
de las tierras castellanas
está Cuenca, que no tiene
otra utilidad palmaria
que unir Valencia y Madrid
y hacer muchas cosas raras
(y que sirva como ejemplo
hacer casas y colgarlas).
Lugar de miel y gorrinos
son las tierras de la Alcarria.
Hay quesos. (¡Vaya una cosa!
También los hay en Holanda
y algunos, mucho mejores.
A presumir no nos gana
nadie, por lo que parece.)
Creo que ya está completada
esta excursión laudatoria.
¡Hasta luego! ¡Ay, me dejaba
muy olvidado a Madrid
(que es un pueblo de la Mancha,
solo que grande.) Esta urbe
se encuentra «handicapada»
pues siempre está en construcción,
con sus calles levantadas,
y las obras empezaron
gobernando los Trastámara
y ha habido Austrias y Borbones
y siguen sin acabarla.
(Esta composición la he elaborado con el propósito de hacer amigos por toda la península para que me inviten a pasar fines de semana en sus casas, pero viendo el resultado me da en la nariz que no voy a visitar demasiados sitios.)

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